EXCLUSIVO: LA VARIEDAD DE FLORA Y FAUNA DEL AERÓDROMO DE COLLIQUE QUE DESTRUYERON
La pandemia por el coronavirus ha sacudido la consciencia, al menos eso parece, de bastantes usuarios tras observar el retorno de la naturaleza al lugar que le arrebató el hombre. Por ello, vemos conveniente mostrar en esta ocasión información inédita de la extensa variedad de flora y fauna que existió en el aeródromo de Collique y que fue destruida impunemente, sin siquiera reubicar todo ese ecosistema, tras la venta y usurpación del famoso complejo aeronáutico en el 2010.
Muchos ciudadanos de Comas y limeños en general creen erróneamente que el parque zonal Sinchi Roca es el único pulmón verde del distrito comeño. No es así, pues también lo fue por mucho tiempo el aeródromo de Collique cuyo territorio hoy está invadido por bastantes intrusos de cemento.
Un pulmón verde es aquel lugar que, a diferencia de una berma o un jardín, por su extensión, es capaz de albergar a una cantidad suficiente de animales y plantas para dar paso a un ecosistema, el cual es de utilidad para los habitantes del distrito para recreación o respirar aire puro, particularmente en una capital azotada por la polución como es Lima.
Documento: La lista detallada de flora y fauna inventariada por el verdugo del ecosistema del aeródromo, la bióloga Elsa María del Carmen Piccone Saponara. Forma parte del cuestionable Estudio de Impacto Ambiental (EIA) que Graña y Montero y DHMont presentaron a la Municipalidad de Comas, sin aprobación del Ministerio de Vivienda, para construir sus condominios en el mencionado distrito.
Pero ni DHMont ni GMV (hoy llamada Viva GyM, inmobiliaria de Graña y Montero) se ofrecieron a reubicar todo el ecosistema que albergaba el aeródromo de Collique para poder iniciar las construcciones de sus proyectos inmobiliarios.
En cambio, las constructoras antes mencionados contrataron los servicios de la bióloga Elsa María del Carmen Piccone Saponara, quien elaboró en noviembre de 2010 un estudio de impacto ambiental de antología, como si la decadencia de la biología peruana pudiera plasmarse en un informe. En este “estudio” la susodicha, atención estimados lectores, concluye que la destrucción de un pulmón verde, en el distrito con el aire más contaminado y con una paupérrima cantidad de áreas verdes, es viable ambientalmente porque dará viviendas a la población. Vaya, ¡un gran logro en la biología peruana!. Estimado lector, si Ud. le compra un departamento a Graña y Montero estará haciendo bien al medio ambiente y también a las cuentas de la empresa socia de Odebrecht, bajo los conceptos estrafalarios, cuando no delictivos, de la CEO de Piccone Saponara Consultores Ambientales.
Leyendo su estudio, nos topamos con partes que a simple vista parecen incompatibles con el profesionalismo que un análisis ambiental demanda. Por ejemplo, la bióloga María Piccone reconoce que el material particulado menor de 10 micras, conocido como PM10, medido 24 horas en un punto en Comas registra valores de hasta 103,00 µg/m3 (ver la página 24 del PDF). Pero no advierte a sus clientes que si bien es un número tolerado por la legislación peruana que pone un elevado límite (para esa fecha) de 150 µg/m3, sí excede la cifra 50 µg/m3 que la OMS exige como límite.
Otro punto que deja embarrado a este estudio, es que plantea como “compromiso” de las constructoras el “sembrar especies ornamentales y/o silvestres locales para armonizar con el entorno” (ver la página 51 del PDF). ¿Cómo destruir un pulmón verde, y encima para darle paso a moles de cemento, vehículos motorizados y personas, va a compensarse con actividades jardineras? Cuando lo correcto es que todo el ecosistema se reubique o mínimo se planten árboles por montones en alguna parte del distrito afectado por el proyecto. Al menos el sentido común nos guía hacia esa respuesta.
Como si fuera poco, la participación ciudadana se reduce a encuestas anónimas, ya que estas apenas muestran cifras que incluso parecen sacadas de la imaginación de los profesionales de la consultora ambiental y no de personas reales. Cuando el D.S. N.° 002-2009-MINAM exige la realización de audiencias públicas para estos enormes proyectos de inversión, que nunca se hicieron para este estudio de impacto ambiental.
Lo abyecto del estudio toca fondo cuando la bióloga Piccone Saponara llegó a registrar un total de 86 especies vegetales y 21 especies de aves que habitaban en el aeródromo pero sin ningún reparo da visto bueno a su destrucción. Pregunta ociosa ¿ha donde fue a parar esa larga variedad de plantas y aves que doña Piccone Saponara inventarió antes de convertirse en el verdugo del ecosistema que existía en el aeródromo de Collique?
Queremos consultar al Colegio de Biólogos del Perú cuándo es que se dio de baja su código de ética, cuándo es que sus agremiados se divorciaron de la responsabilidad con el medio ambiente, cuándo sus escrúpulos fueron embargados a partir de los jugosos honorarios y cuándo surgieron ideas fuera de las fronteras del sentido común.
Y a partir de la destrucción del aeródromo de Collique, a punta de fuego y hachazos, la calidad ambiental del distrito de Comas entró en caída libre y sin paracaídas. De hecho, desde el 2009 le ganó la competencia en contaminación a Cercado de Lima, pues este, según la DIGESA dejó de ser uno de los dos más contaminados desde el 2017.
Documento: El Estudio de Impacto Ambiental elaborado por la consultora ambiental PICCONE SAPONARA para que GMV S.A. (de Graña y Montero) tenga carta libre a destruir todo el ecosistema del aeródromo de Collique. La decadencia de la biología peruana tocó fondo. Ver la increíble conclusión en la página 70 del PDF.
Pero ahí no se detiene el festival de aniquilamientos cometidos en nombre de la inversión (¿con chaveta en mano?) sobre Collique, el estudio de impacto ambiental por sí solo no puede dar luz verde a los permisos de construcción.
La destrucción del pulmón verde que fue el aeródromo de Collique nunca tuvo la certificación ambiental que obligatoriamente merecía. Cuando un estudio de impacto ambiental, detallado o semidetallado, o una declaración de impacto ambiental, alcanza la aprobación del ministerio correspondiente, pasa a ser una certificación ambiental.
Este certificado no lo tiene los condominios del “Ciudad Sol El Retablo” (antes llamado Ciudad Sol de Collique) de propiedad de DHMont, ni el complejo habitacional “Los Parques de Comas” conformado por los condominios Los Girasoles, Los Nogales, Los Molles, Los Laureles, Las Magnolias, Jacarandá, de propiedad de Viva GyM.
Entendemos que para muchos inversionistas los árboles y áreas verdes son un estorbo para el (o su) desarrollo económico, y que eso del estudio de impacto ambiental les termina siendo una exquisitez de bobos, pero también nos permite inferir que pese a su enorme capital, el no haber tramitado la certificación ambiental es reconocer que el lugar donde las grúas, camiones y trabajadores van a tomar posesión, es un lugar irreemplazable para el asolado ambiente comeño. Es un reconocimiento implícito de que Collique era un pulmón verde, y que si el estudio de la consultora Piccone Saponara hubiese pasado por una revisión del ministerio de Vivienda, su siguiente paradero hubiese sido la desaprobación y no las licencias de construcción.
DOCUMENTOS QUE PRUEBAN QUE LOS CONDOMINIOS CIUDAD SOL EL RETABLO (DHMONT) Y LOS PARQUES DE COMAS (GRAÑA) NUNCA TUVIERON CERTIFICACIÓN AMBIENTAL
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La venta del aeródromo de Collique no es una historia negra que debemos olvidar, es una crónica que está más que viva. Publicamos aquí.